Dos meses después de la masacre de Crystal Lake, Alice, la única superviviente se va recuperando en su casa, en la que vive sola, del shock y las pesadillas que aún la atormentan. Un día es brutalmente asesinada por un misterioso hombre, pero su cuerpo nunca es encontrado.
Cinco años más tarde, un grupo de monitores de campamento se preparan para la llegada del verano, y lo hacen al otro lado del lago, en los límites del antiguo campamento de Crystal Lake, dónde la leyenda ha permanecido dormida hasta ahora. Una vez instalados y tras un duro día de entrenamiento, los jóvenes buscan divertirse, unos irán al lago a bañarse, otros tomaran el sol y otros simplemente se emborracharan, pero una de las parejas, desobedeciendo las reglas de no salirse de los límites, pero intrigados por la leyenda que les contó el jefe de monitores la noche anterior, se adentran en el campamento sangriento despertando así al mítico Jason Voorhees. Será después de una cena cuando algunos de los jóvenes decidan irse al pueblo a divertirse dejando al resto a cargo del campamento, cuando empiecen los brutales asesinatos y se lleve a cabo la venganza del asesino despiadado.
Aunque digan que las segundas partes nunca fueron buenas, este no es el caso, ya que la historia continúa, sigue la misma línea de la primera, muchos jóvenes, muchas muertes y un solo motivo, la venganza. Pero como ya he dicho, sigue la línea de la primera parte por lo tanto también encontraremos más de lo mismo: un campamento en el bosque con un lago, chicos jóvenes que quieren sexo, chicas jóvenes en bragas y muertes, muchas muertes a manos de un asesino, que en esta ocasión lleva la cabeza cubierta por una bolsa de tela, aún no ha aparecido la mítica máscara de jockey.
Hay que destacar que en esta parte a Jason se le ve más ágil y más rápido y con ese atuendo del mono y la bolsa en la cabeza, tiene un aspecto de espantapájaros realmente aterrador.
Esta secuela está a cargo del director Steve Miner, el cual ha dirigido también films como “House” y “House2”. En esta parte más que baños de sangre, Steve Miner, ha creado un ambiente más de suspense, cosa que tuvo que hacer casi obligado para que la película se pudiera exhibir en los cines. Tuvo que limitarse un poco en los efectos especiales y en las caracterizaciones de las muertes pero aún y así consiguió una de las mejores películas de la saga, haciendo que el público se fijara más en la historia, la cual está bastante lograda.
El momento: La muerte del muchacho en silla de ruedas cuando le clava el gran machete en la cara y luego se precipita por una escalera exterior.